Hoy, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, es un día reivindicativo, un día para concienciar.
En primer lugar, se pretende dar a conocer el impacto de esta violencia en el conjunto de la sociedad. Se debe tener claro que la violencia siempre es despreciable y no es tolerable y menos si se dirige hacia los grupos de personas más desprotegidos por el sistema. Uno de ellos incluye a más del 50% de las personas a nivel mundial, las mujeres: un grupo desprotegido a nivel sistemático (machismo) y legal (falta de derechos básicos en numerosos países).
Este tipo de violencia genera una situación que afecta no sólo a la mujer que lo vive, sino a familiares, hijas, amigas e instituciones.
En segundo lugar, es un día para concienciar sobre la importancia de denunciar a las personas que llevan a cabo esta violencia, sea un amigo, un padre, un hijo, un familiar, un conocido… No sólo la mujer que sufre la violencia debe denunciar, puesto que puede tener miedo, sentir presión o malestar al ir a denunciar… Toda persona que es testigo de este comportamiento debe actuar.
La violencia no es culpa de la persona que la sufre, sino de la persona violenta. Por eso, somos el grito de las que ya no tienen voz.
