Hoy, 8 de noviembre, como cada año desde 1949, se celebra el día mundial del Urbanismo.
El término Urbanismo nos puede traer a la mente la palabra ciudad, o el termino civismo, y con razón, pues principalmente el Urbanismo se ocupa de organizar el correcto funcionamiento de las ciudades y su crecimiento.
Nuestra civilización surgió, entre otras cosas, por la tendencia de nuestros antepasados a vivir agrupados en pequeños núcleos rurales o aldeas. Algunas de estas poblaciones fueron creciendo para convertirse en pueblos y luego en ciudades.
En un continuo movimiento migratorio desde el campo a la ciudad, a comienzos del siglo XXI el porcentaje de población mundial que vive en ciudades ha superado al de población que vive en zonas rurales y en algunas partes del planeta, como Latinoamérica, más del 90% de la población ya vive en ciudades.
En paralelo con el crecimiento imparable de la población mundial las grandes ciudades cómo Tokio, México DF o El Cairo, con más de 10 millones de habitantes, pasarán a lo largo de este siglo de ser la excepción a ser la norma, actualmente hay poco más de 30 pero para 2030 tendremos unas 40 y en 2050 existirán docenas de Megaciudades a nivel mundial, algunas de ellas superarán con toda seguridad los 50 millones de habitantes, y probablemente a finales de siglo rozarán los 100 millones de habitantes. Los problemas de seguridad, transporte, y acceso a los recursos, entre otros, asociados a dichas Megaciudades superaran todo lo conocido, y la calidad de vida alcanzada actualmente en muchas de nuestras ciudades y poblaciones de tamaño medio será difícil de mantener en semejantes condiciones.
Aunque se podría decir que el Urbanismo ya existía en las urbes primigenias, como las de romanos o griegos, el Urbanismo contemporáneo es una disciplina desarrollada a mediados del siglo XX en paralelo con los avances en medicina que posibilitaron una explosión demográfica y con ello el crecimiento descontrolado de los núcleos habitados.
Hay quien dice que este Urbanismo contemporáneo se fue conformando por las aportaciones de diferentes profesionales, de elevadas capacidades técnicas e intenciones loables, pero demasiado homogéneo, principalmente hombres, de raza blanca, de mediana edad y de países occidentales. Esto puede haber influido en que en sus comienzos el Urbanismo no fijase entre sus prioridades el hacer de la ciudad un lugar que favorezca la inclusión, la integración o la participación de todos los grupos de población.
En los últimos años estamos asistiendo a una fascinante etapa de madurez del Urbanismo que está incorporando muchos nuevos conceptos para mejorar la calidad de vida de nuestras ciudades.
-El Urbanismo inclusivo pretende que el diseño urbano sea compatible con el acceso y el disfrute de la ciudad para todos, ancianos, niños, mujeres, personas con movilidad reducida, etc.
-El Urbanismo integrador intenta que la ciudad integre a las minorías, étnicas, económicas, religiosas, etc. evitando la creación de guetos y favoreciendo con ello la mejora en la seguridad y la promoción social.
-El Urbanismo participativo promueve que los ciudadanos participen en las decisiones relacionadas con el diseño de la ciudad, con ello se busca acercarlo más a sus necesidades reales y desarrollar un sentimiento de apropiación de las soluciones tomadas que redunda entre otras cosas en un mayor respeto a las normas y cuidado del entorno urbano.
Finalmente cabe decir que el Urbanismo más avanzado tiene en cuenta todo lo anterior y además integra toda una batería de medidas orientada a hacer nuestras ciudades más sostenibles y resilientes, con el objetivo de frenar el cambio climático por un lado y hacernos más resistentes a sus efectos, por otro.
Como conclusión podemos decir que el Urbanismo tiene unos efectos directos en nuestra calidad de vida y que en los próximos años asistiremos a cambios importantes en nuestras ciudades que traerán por un lado mejoras que harán nuestra vida más agradable y sencilla pero por otro complejos problemas que pondrán a prueba nuestra capacidad de reacción.
