Uno de los grandes problemas del acoso escolar en España es el silencio social que lo envuelve, pese a que como mínimo, lo sufren uno de cada cuatro menores en nuestro país.
Los primeros síntomas suelen detectarse en los hogares, por lo que debemos estar atentos a cualquier cambio de actitud.
Ejemplos claros de síntomas son los siguientes:
• Bajada de notas
• Excusas para no asistir a clase
• Dificultad para dormir, pesadillas o insomnio.
• Falta de apetito, dolor de cabeza, cansancio generalizado.
• Ansiedad o sensación de ahogo.
Las agresiones que se ejercen contra un menor suelen ser en forma de amenazas físicas y verbales continuadas hasta desequilibrar a la víctima.
La importancia de asesorar a las familias, escucharlas y ayudarlas a gestionar la situación es vital.
Los estudios demuestran que cada vez se detectan más casos de hostigamiento y abusos en las redes sociales, insultando e incitando al suicidio.
El objetivo de organizaciones que trabajan en la lucha contra el bullyng es sensibilizar a la población haciendo un llamamiento especial a padres, miembros de la comunidad educativa y autoridades encargadas de la educación con el fin de garantizar el bienestar de niños y jóvenes.
Otro estudio demuestra que durante la pandemia de la Covid-19 el ciberacoso aumentó notablemente, especialmente a través de plataformas como Instagram (44%), TikTok (38,5%) o los videojuegos (37,7%).
En Algete contamos con 6 colegios públicos 1 CEIPS y 2 IES, en los cuales existen casos de acoso, pero desconocemos el número.
En mi experiencia como consejera de convivencia y absentismo durante años, me atrevo a decir que el 90% de casos en los que se denuncia y el centro abre el protocolo de acoso, es la víctima la que tiene que cambiar de centro y hasta de población en muchos casos graves. Esto es realmente injusto.
El 2 de mayo se celebra el día internacional contra el bullying o acoso escolar. Esta fecha fue elegida por asociaciones de padres y ONGs para concienciar y poner medidas de actuación.
Vamos a intentar entre todos romper la barrera que rodea a este asesino silencioso de una vez por todas, evitando que las víctimas sean las culpables.