DÍA INTERNACIONAL DEL VOLUNTARIADO

Lejos de las cifras de parados, ciudadanos en ERTE, o afectados por el Covid, a veces hay cifras que nos alegran el día, cómo las que dicen que España es uno de los países con más donantes de órganos o la de que más de dos millones y medio de españoles dedican parte de su tiempo a colaborar como voluntarios en una actividad no lucrativa, ONG, Banco de Alimentos, etc.
Ciertamente son cifras que hablan bien de nuestra sociedad, la riqueza de un país es importante, desde luego, pero la solidaridad de sus gentes me parece algo aún más valioso y fundamental.

En nuestra sociedad occidental tendemos cada vez más al individualismo, hasta los derechos humanos se entienden más desde la perspectiva de las personas que de los grupos. Sin embargo, en otras culturas, que equivocadamente solemos considerar como más atrasadas, la solidaridad dentro del grupo se percibe más cómo un deber que cómo una posibilidad, el poderoso o el afortunado tiene la obligación moral de hacerse responsable de los débiles y desafortunados de su entorno directo.

Especialmente creo que se ha de mencionar que muchos de esos voluntarios mejoran la imagen de su generación, por ejemplo, los datos que vemos a diario en los medios de comunicación señalan que nuestros jóvenes dedican más horas de las recomendables a las redes sociales o solo piensan en divertirse y acudir a botellones y similares de forma irresponsable, muchos de los ciudadanos que figuran entre esos datos de voluntarios son estudiantes o jóvenes con menos de 30 años. En varias ocasiones me he quedado muy gratamente sorprendido al escuchar historias de jóvenes que casi con la edad de aún ir al colegio ya dedicaban parte de su tiempo libre acompañar a enfermos terminales o ancianos.
Igualmente me merecen mucho respeto esos ciudadanos que una vez jubilados dedican parte de su tiempo y energía a colaborar en causas sociales, conozco unos cuantos y me gustaría llegar a esa edad en las mejores condiciones para poder echarles una mano.
Finalmente mencionar a todos aquellos ciudadanos que sin poder encontrar el momento para colaborar en este tipo de actividades desearían hacerlo. No hace falta irse fuera de España para poder ayudar a los demás, ni tan siquiera apuntarse a una ONG, creo que en nuestras actuaciones diarias todos podemos contribuir a la solidaridad y a mejorar las condiciones de vida de los más necesitados.

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